Bremen y Hamburgo

Aquí vengo otra vez para contaros cositas! Como siempre, con un retraso de cojones, pero que le vamos a hacer, mi vida es así de ajetreada que no tengo ni tiempo para escribir! Jejeje.

Bueno, esta vez os voy a contar nuestro viaje a Alemania, en concreto a Bremen y a Hamburgo. Como hace bastante que lo hicimos, no me voy a extender mucho en detalles, porque a lo mejor ni los recuerdo.

Empezamos cogiendo el tren desde Groningen hasta la frontera de Alemania, a un pueblecito que se llama Leer, y desde allí, otro tren que nos dejaba en Bremen. Fuimos a nuestro albergue, que casi era para nosotros solos (15 personas o así) y fuimos a visitar la ciudad.

Dio la casualidad de que estaban en fiestas, y tenían montado un mercado medieval en la parte central de la ciudad, así que fuimos a verlo. Estuvimos todo el día callejeando, viendo puestos y disfrutando de Bremen, que la verdad que es una ciudad muy bonita, sobretodo cuando ocurren estas cosas como mercados y eso (ya os haré otro post del mercado de navidad que vimos el finde pasado).

Y cuando ya caía la noche fuimos a la feria que tenían montada detrás de la estación. La verdad que es otro nivel de feria que las españolas… tienen montañas rusas bastante grandes, multitud de carpas donde beber cerveza y casetas típicas alemanas donde comer salchichas de medio metro (que bien suena eh?? Viciosos malpensados, os leo la mente, jeje) Además, también tienen atracciones de agua, como los fiordos, y se montan aunque lleven abrigo y bufanda, muy alemanotes ellos, con dos huevos.

Al día siguiente, fuimos a Hamburgo en otro tren, y tuvimos la mala suerte de que nos llovía, con lo que vimos la ciudad, que además es más moderna (el 70% fue destruida durante la Segunda Guerra Mundial), con otros ojos, como que no nos gustó tanto. Aún así la parte del centro, con su gran lago, y el barrio de St. Pauli, con su famoso equipo de futbol, merecen la visita.

Por la noche salimos por la calle Reeperbhan, una calle famosa de Hamburgo llena de clubs de striptease, discotecas y sexshops, en la que nos echamos unos bailes, entramos en un club de striptease decrépito (por aquello de ver como eran…) en el que pretendían cobrarnos 6 euros por una cerveza (con lo que nos fuimos) y nos volvimos a casa.